Maneras de flirtear

Maneras de flirtear

Flirtear o coquetear sirve para demostrar la atracción que ejerce sobre nosotros una persona del otro sexo o para llamar su atención.

También flirtear demuestra interés amoroso y sexual más bien que amistoso pero también puede considerarse como una actividad agradable en sí misma y una manera de pasar un rato entretenido al tiempo que se fortalece la auto confianza.

El flirtear puede ser un agradabilísimo pasatiempo, una manera frívola de comunicar una atracción utilizando los movimientos del cuerpo, desplegando la inteligencia, el ingenio, escuchando y respondiendo atentamente a otra persona. 

En su forma más simple puede ser un modo de decir “lo estoy pasando muy bien porque estoy contigo”. O flirtear cabe dar a entender que la persona con que uno se halla le resulta tan atrayente o interesante que espera que ese contacto supondrá el comienzo de una relación más duradera.

Aprender a flirtear

Desde muy jóvenes aprendemos las ventajas de flirtear. Los niños descubren que cuando se muestran dulces y encantadores consiguen más de los adultos que si se limitan a pedirlo o si hacen una pataleta. Sin embargo, las tentativas de los adolescentes para llegar al flirteo sexual son a menudo rudimentarias y torpes. Sus primeras acciones en fiestas, conciertos y bailes, cuando comienzan a interesarse por el sexo opuesto, tienden a adoptar la forma de un despliegue físico; exhibición de sus cuerpos por las prendas que visten o por la forma de bailar. 


Cualquier flirteo verbal que acometen corresponde a la forma de flirteo negativo o la de flirteo de exhibición. En el flirteo negativo las chicas o los chicos se muestran hoscos con la persona que les atrae. Por ejemplo, un chico puede acercarse a una chica y pedirle que baile con él. Aunque a la chica le agrade es posible que se vuelva a sus amigas y diga: ¿Por qué piensas que voy a bailar contigo? El flirteo de exhibición no alude en forma directa al objeto de su interés. Por ejemplo, un grupo de chicos gastará bromas con otro grupo similar, en voz muy alta tratando de impresionar a las chicas que estén próximas.


Las personas tímidas recurren a menudo al flirteo pasivo; su impacto no es inmediato pero es muy eficaz. No contribuyen apenas al desarrollo de una conversación pero mantienen su atención centrada en quien les gusta. Escuchan de una manera concentrada, ríen un chiste y ocasionalmente formulan preguntas. Esta actitud de estar absortas en el tema sugiere al otro que lo que lo que está diciendo es fascinante y que quien escucha es una persona de inteligencia extraordinaria.


Otro sistema, válido en fiestas y reuniones, es hablar de otras personas presentes. A medida que se desarrolla la conversación descubrirán que comparten ideas o que coincide su sentido del humor y mientras pretenden interesarse por lo demás, harán patentes sus auténticos y mutuos intereses.
Un coqueteo eficaz exigirá probablemente, el empleo de dos o más de estas técnicas. La iniciación de un flirteo femenino puede ser muy bien una observación para llamar la atención como: “siempre puedo adivinar como es un hombre fijándome en sus zapatos”.

Puede que siga con el flirteo indirecto durante un rato hasta que la pareja establece una conversación. Entonces se pasará quizás a un cumplido también indirecto de este tipo: “¿Sabes? Me horrorizaba la idea de venir a esta fiesta. No tenía ni idea de lo bien que lo iba a pasar”. Esto indica que su pareja le parece interesante y atrayente.

Luego es posible que ella le pida que bailen, situando el flirteo a un nivel físico y finalmente, cuando esté segura de obtener una respuesta favorable, llegará a la última fase, un elogio directo como “tienes unos ojos muy sexys”. Si en el desarrollo del flirteo se han seguido paso a paso y a su tiempo todas las etapas, ella habrá podido manifestar su interés sexual sin mostrarse agresiva.

Equívocos al flirtear

El coqueteo parece tan agradable e inocuo que las personas no se dan cuenta a veces de los problemas que pueden causar. El más obvio es que las señales del flirteo sean malinterpretadas. Por ejemplo, algunas mujeres se comportan de una manera tan sexy, que el hombre cree erróneamente que le están invitando a un verdadero “ligue”. Esto puede llevar a situaciones embarazosas y hasta desagradables; en las que el hombre acaba confuso y torpe; en las que la mujer se sienta ofendida y olvide que su propia conducta fue la causante de este malentendido.

De forma semejante, el flirteo audaz y rápido de un hombre puede resultar también incómodo, en especial si hace insinuaciones de carácter sexual. Es posible que el hombre que le diga a una mujer lo que piensa de su cuerpo y lo que a él le gustaría hacer con ella, tenga éxito en algún caso, pero lo más probable es que le vuelvan la espalda o que se gane un bofetón.


Hay personas que jamás han progresado más allá del flirteo negativo de la adolescencia. Cuando se encuentran con alguien que les atrae, se muestran incapaces de responder de una manera agradable y por temor a ser rechazados se tornan agresivas. Este tipo de mujeres, en las fiestas acosan a sus oponentes proclamando en voz alta su desdén por todo lo que representan, como el hombre agresivo frente a una mujer atractiva que se considera obligado a humillar. Con sus conductas estas personas están invitando al rechazo y sólo alguien muy clarividente y generoso advertirá que su hostilidad es indicio de una atracción escondida.

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